“La esencia del neuromarketing gastronómico es lograr
que el cliente le de valor y no precio al momento vivido…y sea feliz”
Claudio Ponce
Para muchos el neuromarketing podría sonar como un término difícil de comprender y, en especial, complejo de aplicar. Sin embargo, en nuestro día a día, aplicamos el neuromarketing de forma natural y de manera muy frecuente. Sobre todo cuando nos relacionamos con nuestro entorno.
Cuando se trata con cariño a una persona se genera en esta un recuerdo emocional, que perdurará en el tiempo y hará que la relación entre ambas personas siga teniendo lazos de cariño y sentimientos en el tiempo.
Por otro lado, muchos seguimos recordando los aromas y sabores de la comida que hacía nuestra madre o incluso nuestra abuela. Si cerramos los ojos y nos concentramos en ese plato especial que tanto nos gustaba, es posible que nos entre hambre y nuestra boca comience a salivar de forma espontánea. Estos recuerdos emocionales guardados en nuestro cerebro, son la esencia y la base del neuromarketing.
Si nos centramos en el mundo de la gastronomía y la restauración, observamos que el neuromarketing es una parte esencial de cualquier negocio. Ajustando el foco, encontramos platos que se comen con los ojos, ingredientes, salsas y presentaciones que nos descubren sensaciones únicas, ambientes decorados de tal forma que nos hacen sentir especiales o música que nos permite disfrutar de la compañía y el momento de una forma especial.
De forma casi imperceptible nuestro cerebro va recibiendo información permanente a través de nuestros cinco sentidos, del momento y del entorno que estamos viviendo. El camarero nos trata como si fuéramos de la familia o el chef ha salido a preguntarnos si estamos disfrutando de la comida. Nos atrae especialmente la carta de este establecimiento y sus imágenes y textos nos despiertan un apetito que al entrar no teníamos. El precio que pagamos nos pareció barato, a pesar de haber pagado más que en otro establecimiento. Todo esto conforma el neuromarketing.
Todos estos pequeños y grandes detalles o variables, subsisten en un ecosistema cotidiano y nos generan sentimientos y recuerdos emocionales positivos o por el contrario negativos. A partir de aquí, podríamos preguntarnos ¿de qué forma puedo trabajar los diferentes detalles o variables para hacer que mi establecimiento sea único?, ¿De qué forma puedo saber si dichas variables potencian en conjunto un todo equilibrado?
También podríamos plantearnos preguntas más estructurales como por ejemplo ¿cómo puedo hacer para aplicar el neuromarketing para atraer y fidelizar perfiles específicos de clientes? o ¿puedo aumentar la facturación y la rentabilidad aplicando el neuromarketing gastronómico?
Para comenzar a responder a estas preguntas y a muchas otras, a lo largo de estas páginas, el lector descubrirá de qué forma fluye la información que llega a nuestro cerebro, a través de los cinco sentidos y cuales son las mejores estrategias para que la decisión final del cliente sea emocional y no racional.
Se profundizará en el equilibrio de las variables que se encuentran presentes en el establecimiento; los colores, la música, la decoración, la presentación de los platos, el trato o las relaciones públicas entre otras. ¿Cómo se percibe la carta entre mi clientela? ¿Los aromas contribuyen a un equilibrio positivo? ¿Cómo puedo trabajar estas variables para aumentar la facturación y la rentabilidad? El objetivo final de este libro es trasladar el conocimiento del neuromarketing a un conjunto de acciones simples que se pueden aplicar en nuestros establecimientos.
Me sirvo de la neuropublicidad para presentar la estrategia que nos permite estimular el cerebro de nuestro cliente invitándole a un consumo abierto a las sensaciones. Para ello se muestra una explicación de diferentes protocolos prediseñados para aumentar la venta de productos primarios y secundarios, para potenciar la rentabilidad y para mejorar la percepción del cliente.
Se tratarán temas tan importantes hoy en día como el neuromarketing experiencial y el storytelling emocional que favorecen que el cliente viva experiencias únicas que se guarden como recuerdos emocionales en el cerebro.
Para finalizar, se presentará el diseño detallado de un plan de neuromarketing a través de una historia de la vida real. De esta forma, el lector tendrá los conocimientos necesarios para comprender el funcionamiento del cerebro emocional y poner en práctica, todas las estrategias y acciones necesarias para vender a través de los cinco sentidos y diseñar un establecimiento único.
En definitiva, el crecimiento permanente y la rentabilidad de un establecimiento gastronómico, dependen del equilibrio de emociones que entran en juego en todo momento. Ya no vale sólo tratar bien al cliente, tener una excelente presentación en los platos o una buena música de fondo. Hoy en día se necesita trabajar un equilibrio emocional que encaje con el perfil del cliente actual o potencial.
Todo esto, lo encontrarás a través de estas páginas escritas con la pasión que me proporciona mi profesión. Que las disfrutes.
Claudio Ponce
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