Por qué los destinos turísticos fracasan: el error de no tener una estrategia pentagonal
- Claudio Ponce
- 25 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 27 mar
"No es la falta de recursos lo que condena a un destino. Es la falta de una estrategia que los equilibre".

Durante años trabajó con destinos turísticos de distintos tamaños y características. Algunas con una riqueza natural impresionante. Otros con una historia que corta el aliento. Y, sin embargo, muchos de ellos compartían una misma realidad: no lograban despegar.
¿La razón? No era la falta de belleza, ni siquiera de presupuesto. Era algo más profundo: la ausencia de una estrategia integral y equilibrada . Y es ahí donde entra en juego lo que desarrolló como La Estrategia del Pentágono .
El desequilibrio invisible
Imagina un destino que invierte millones en promoción, pero tiene una oferta turística pobre o mal gestionada. O uno con una propuesta cultural fascinante, pero sin identidad clara ni posicionamiento definido.
Lo que aprendí, y que validé una y otra vez, es que los destinos no fracasan por una sola causa: fracasan porque hay un desequilibrio entre cinco variables clave que nunca deben separarse .
Las cinco caras del pentágono
En el libro hablo de estas variables como las cinco caras de un pentágono:
La identidad del destino
La Oferta turística estructurada y realista
La Experiencia del visitante (antes, durante y después)
La Comunicación estratégica, no sólo promocional
La Gestión integral (gobernanza, participación, sostenibilidad)
Cuando una de estas caras se descuida, el destino se tambalea. Pero cuando dos o más fallan… el proyecto pierde sentido. Y con él, la oportunidad de desarrollo económico, social y cultural.
El error más común
El error más común que encuentro es este: confundir promoción con estrategia . Muchos municipios o responsables de turismo se lanzan a hacer campañas en redes, vídeos atractivos, incluso ferias internacionales… sin haber trabajado previamente en su identidad ni en la experiencia real que ofrecen.
Y como te imaginarás, eso genera expectativas que el destino no puede cumplir. Resultado: frustración, pérdida de credibilidad y turistas que no regresan (ni recomiendan).
Un cambio necesario
La solución no es “hacer más”, sino “pensar mejor”. Es dejar de ver las variables como compartimentos estancos y comenzar a trabajar con una visión sistémica , estratégica, profunda.
La Estrategia del Pentágono no es una fórmula mágica, pero sí es una guía para volver al equilibrio. Y cuando eso ocurre, lo que parecía imposible comienza a fluir.
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